Angel que estas ahí

Ahora, que estoy acurrucada , que tuve días para encontrarme con todos mis temores, ahora puedo pediros ayuda. Se que estais ahí para ello. Se que me daréis la fuerza que necesito para valerme por mi misma, para sentirrme segura y valiosa en lo que decida hacer o tenga que hacer como misión en la vida. Se que velareis por mi paz y felicidad y me ayudarés a hacer todo aquello que me haga sentir llena de vida. Gracias a Dios puedo sentir el universo y cada pequeño milagro que ocurre en el instante de cada situación. Pido que cada segundo sea de gloria, gozo, paz y dicha para mi y todos los seres del universo. Así sea.

Sube la piedra

Me llamó tanto la atención esta imagen. Resulta que este personaje fué condenado a subir esta piedra a la cima y cuando llegaba, la piedra volvía a caer y debía volver a subirla una y otra vez. Algunas veces sentimos que estamos subiendo esta piedra pero fijaos bien la imagen. Habeis visto la fortaleza, la postura erguida, parece que fuera algo muy natural, nos hace pensar que quizás no sea tan dificil. Lo que si, es que si te concentras, respiras y sigues hacia arriba con fuerza se crea una energía meditativa, mas allá de la queja y el cansancio, te haces uno con lo que realizas, con la tarea, la obligación, el deber o la condena que te haya tocado.