miércoles, 20 de julio de 2016

La Belleza

La Belleza
La belleza física no nos acompañará por siempre, a menos que uno jamás se canse de sonreír. Considero que la belleza humana sólo es real en la sonrisa, lo demás no son más que atavíos, oropeles, sucias parafernalias que opacan y esmerilan la luz del corazón. La belleza física brilla en los ojos en el coincidir de una mirada, se oye en la risa genuina, se huele en el perfume de un abrazo, se degusta en el calor de una caricia y se toca en lo más hondo y húmedo del alma. La belleza no se ve, se siente, pero cuando digo “sentir” no me refiero a utilizar los cinco sentidos como he expresado arriba, en realidad hablo de un fuego interior, una chispa que no puede explicarse con palabras.
Amandine Dupin decía que “La belleza exterior no es más que el encanto de un instante; la apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma.” y tenía, y tiene tanta razón.
La belleza física no se va con las arrugas, sino con el miedo. Una persona hermosa es aquella que no siente temor y vive (o vivió) feliz su vida sin nunca esperar nada. Siempre serás bello si no te cansas de recordar el amor vivido con una sonrisa, porque la sonrisa es la luz que pone a andar el corazón y abre de par en par todas las puertas y ventanas. Quizá no tengas la panza chata, pero aún tienes los sentimientos más bonitos del mundo, y esas cosas jamás se marchitan... Porque la belleza física no nos acompañará durante toda la vida, pero podemos durante toda la vida recordar que la belleza no se encuentra en el cuerpo, ni en los rasgos de la cara, sino en lo más profundo de lo que arde y refulge desde el alma.


(Autor desconocido)