Que
los pies te lleven por el camino hacia el encuentro de quien eres,
porque la felicidad, es eso, descubrirte
detrás de ti,
sabiendo
que el verdadero disfrute está en transitar ese camino.
Que tus ojos reconozcan la diferencia entre un
colibrí y el vuelo que lo sostiene.
Aunque
se detenga, seguirá siendo un colibrí, y es importante que lo sepas,
para que no confundas el sol con la luz, ni el
cielo con la voz que lo nombra.
Que
tus manos se tiendan generosas en el dar y agradecidas en el recibir,
y
que su gesto más frecuente sea la caricia
para
reconfortar a los que te rodean.
Que
tus oídos sean tan fieles a la hora de escuchar el pedido
como
a la hora de escuchar el halago,
para que puedas mantener el equilibrio en
cualquier circunstancia
y
sepas escucharte y escuchar.
Que
las rodillas te sostengan con firmeza a la altura de tus sueños
y
se aflojen mansamente cuando llegue el tiempo del descanso.
Que
la boca refleje la sonrisa que hay adentro,
para que sea una ventana del alma
Que
la lengua exprese de modo tal las palabras que puedas ser fiel a tu corazón en
ellas,
conservando
el respeto y la dulzura.
Que
la piel te sirva de puente y no de valla.
Que
tu pelo le de abrigo a tus ideas,
que
siempre adorna más que un buen peinado.
Que
tus brazos sean la cuna de los abrazos
y
no camisa de fuerza para nadie.
Que
tu corazón toque su música con amor,
para
que tu vida sea un paso del Universo hacia adelante.
@Creemosuncambio
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