lunes, 4 de noviembre de 2024

Plegaria

 Señor, hazme instrumento de tu paz.

Que donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, perdón;
donde haya discordia, armonía;
donde haya error, verdad;
donde haya duda, fe;
donde desesperación, esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz.
y donde haya tristeza, alegría.

Oh Señor,
que no me empeñe tanto en ser consolado, como en consolar,

en ser comprendido, como en comprender,

en ser amado, como en amar
.

Porque dando (y dándoSE), se recibe
(la recompensa es mucho mayor que el ‘sacrificio’),

olvidándose de sí mismo (Ego, etc.) uno se encuentra a sí mismo (tu YO más auténtico, no la máscara/armadura que te has acabado creando),
perdonando se es perdonado (el perdón no es algo que el que perdona, desde más arriba del perdonado, conceda porque es «bueno» o «generoso»: hay que perdonar de igual a igual desde el amor humilde)
y muriendo a sí mismo (lo de «olvidarse de uno mismo» pero ‘a tope’) se resucita a la vida eterna.

No hay comentarios: